No sé ni cómo empezar. Aún me perdura la sorpresa del sábado. Como ya os comenté, el viernes 18 de julio hicimos nuestro 10º Aniversario. Ese día mi marido me dijo que tenía una sorpresa para el sábado, que preparase la maleta para pasar la noche fuera e incluyese un vestido bonito. Uyyyy, ¡¡qué nervios!! Con lo curiosa que soy, estaba como un niño con zapatos nuevos. ¿A dónde me llevará? ¿Y las niñas? Pero si no he cogido hora en la peluquería y yo ¡¡con estos pelos!! Mi marido ya se había encargado de todo. Tenía hora el sábado por la mañana para peinarme y nuestras hijas se quedaban con mis cuñados a pasar el fin de semana. Qué atento, verdad.
Resulta que llevaba preparando esta sorpresa desde hacía 1 mes junto con una amiga, todos lo sabían, menos yo. Lo más extraño, que mi marido pudiese guardar la sorpresa tanto tiempo, cuando siempre a la primera cuenta todo, jajaja
Llegó el día esperado. El sábado dejamos a nuestras hijas con mis cuñados y nos dispusimos dirección carretera de Andalucía en coche hasta Aranjuez, a 46 km de Madrid. Mi marido pensó en todo, cerquita de casa por si había que volver por las niñas, ¡¡es un cielo!!
Llegamos y aparcó el coche delante del Hotel NH Príncipe de la Paz, un hotel de 4 estrellas justo enfrente al Palacio Real de Aranjuez, menudo nivel!! Nos inscribimos, subimos a la habitación, nos refrescamos y bajamos a dar unas vueltas por la ciudad. Como ya eran las 19:30 no pudimos visitar el Palacio Real, pero sí lo vimos por fuera, hicimos fotos (ya las publicaré) y entramos a los jardines, preciosos, muy bien cuidados y aunque hacía 40 grados, entre los árboles y a orillas del río se estaba fresquito. Vimos a 3 parejas de novios haciéndose fotos en los jardines, os lo podéis imaginar con este calor, pobrecitos!! Después dimos unos paseos por el casco urbano y nos sentamos en una terracita a tomar unas cañitas, haciendo tiempo hasta la hora de cenar.
Volvimos al hotel y nos preparamos para salir a cenar. Aún seguía la incógnita de a dónde me llevaría. Me dijo que estaba cerca, bueno en coche a 10 minutos, a las afueras de la ciudad, así que, todo una aventura. Cuando nos íbamos acercando, al final de la carretera vi un cartel que decía: “Gran Casino Aranjuez”. Ahhhhhhhh, lo primero que pensé fue, que me sacan los cuartos!! Jamás he jugado a nada, bueno, estuve en un casino en Alemania, pero no jugué y aquí en Madrid eché una vez unos cartones de bingo con unas amigas y perdimos todo. No me gusta el juego.
El Casino por fuera era precioso, luces de colores que cambiaban de color cada X segundos y el Hall lleno de luces, alfombra roja, vamos como en las pelis, jajaja. Hicimos fotos pero sólo del exterior y el Hall, en la sala de juegos está prohibido para preservar la intimidad de los jugadores, además hay que entregar la cámara de fotos en el guardarropa, no dejan pasar con ella.
Dentro del Casino se encuentran 5 restaurantes. Teníamos reservada una mesita en el Restaurante Nautilum, de nouvelle cuisine, como se dice hoy en día. Cenamos estupendamente, qué rico todo, exquisito, desde los entrantes hasta el postre, una delicia para el paladar, además todo regado con un Martin Codax (Albariño), claro, como buen gallego que es mi marido, y la velada amenizada al son del piano. Hmmmmmm ¡¡qué maravilla!!
Después de la cena nos dispusimos a la sala de juegos. Nos dimos unas vueltas cotilleando cómo jugaba la gente, para mi marido era la primera vez que entraba en un casino, así que dijo: Vamos a jugarnos 40 Euros, si los perdemos, no es tanto. ¡¡Por dios, ya estamos!!, dije yo, … bueno pues ale, a jugar!! Jugamos a la ruleta americana, aposté los 40 Euros y sabéis qué, gané 45 Euros, aposté 40 y gané otros 45 Euros!!!!!! Sí, sí, aunque sólo fueron 10 Euros de ganancia, no perdí lo mío, yuppi!! Y ahí lo dejamos, esto es como todo, te envicias y no sabes parar, así que pensé que era lo mejor, parar y tomarnos una copa en la terracita… y así lo hicimos.
Volvimos ya de madrugada al hotel y por la mañana desayuno en la habitación, hacía años que no desayunaba en la cama, de todas formas no valgo, soy muy nerviosa y cuando me despierto tengo que levantarme enseguida, jajaja. Después del suculento desayuno, vuelta a casa con mis niñas, que aunque fue una noche, las echaba de menos
Ha sido un fin de semana fantástico, inolvidable y sorprendente.
Gracias cariño por este regalo de Aniversario.